
Me despierto con las manos apretadas fuertemente contra mi pecho,
intentando retener la última imagen de mi sueño.
Se repite tantas noches que hay veces que creo que es real,
tanto que he creído escuchar tu voz susurrándome al oído.
¿Te acuerdas cuando me decías que me querías?
Yo ya casi ni recuerdo tu risa,
ni tu mirada,
ni tus manos,
ni el sabor de tus beso,
ni tus caricias...
para mi es como si nunca hubiese sucedido,
escondí tanto amor que casi no cabía.
Y hay noches que te escapas
y vienes a buscarme.
Entonces me abrazas
y por instantes se parece a lo que hubo ayer.
Sin embargo, se que no es real y huyo de ti.
Es tan intenso el deseo de recordarte
que me atormenta.
Entre sombras vagan mis recuerdos
desgastándose de usarlos
deformándose de tocarlos
debilitándose su fuerza,
sin poder hacer nada para salvarlo.
Lo único que conservo es tu voz
pero tampoco es la misma,
me hablas desde tan lejos
que no quiero oírte.
Me confunde tu educación con mi amor,
tus palabras se mezclan con mis deseos,
entonces estalla la lucha.
Lucha de pasión dormida
que no puede despertar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario